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Fue allí, donde olvidé sacarle más fotos, su mirada... su mirada, no puedo explicarlo con palabras, sentí toda su paz, su aceptación, no lo sé, hubiera querido que el tiempo se detuviera allí mismo, la mirada del gorila de montaña fue lo mejor que me pudo pasar, fue una hermosa sensación y supe por qué siempre me habían fascinado estos ¿animales?, esa mirada no me pareció de un animal, por supuesto tampoco de un humano, nunca vi a nadie con una mirada, ni siquiera parecida, por lo tanto no sé... son tantas las preguntas. ¿Cómo alguien pudo confundirlo con un ser malvado y monstruoso con sed de sangre? ¿Cómo un “ser humano” y fueron muchos, los pudieron matar hasta llegar casi a la extinción? Nunca voy a poder explicarme algo así, sobre todo después de haberlos visto.